lunes, 6 de diciembre de 2010

UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE

Artículo para el Taller de Periodismo Solidario
Ignacio Ramonet

El inconformismo es el primer paso para el cambio y la manera de acabar con la sumisión. “Alcanzar un mundo más libre, más justo, menos desigual… en definitiva, más humano no es imposible” afirma Ignacio Ramonet, director del periódico Le Monde Diplomatique en español. Ramonet propone siete frentes utópicos que harían que los 7 mil millones de habitantes del planeta puedan acceder a su derecho de tener una vida digna. Un derecho universal del que sólo gozan algunos privilegiados.

Una realidad a la que se podría llegar a través de los frentes económico, ecológico, democrático, social, cultural, geopolítico y frente del sur. Hablar de Utopía es perseguir algo que parece impensable, pero no imposible. Se trata de presentar un mundo idealizado, como pudo ser la construcción de un organismo que garantizase la paz en el mundo. Sin embargo, la ONU (Organizaciones de Naciones Unidas) es una realidad desde 1945.

A medida que se van alcanzando algunas utopías y que se van ensanchando los derechos de las personas, no se está más cerca de ese mundo utópico propuesto por Tomás More, padre de este término y creador de la República ideal en la isla de Utopía. Por el contrario, éste mundo utópico se va alejando y van apareciendo otras utopías que vendrían a cubrir otras necesidades.

Lo que ocurre en la actualidad es una distopía, en donde la realidad existente es opuesta a los ideales de la sociedad. Ignacio Ramonet afirma que “escondido tras el nombre de crisis, se halla el desmantelamiento de una utopía cumplida: El Estado del Bienestar”. Cada vez son más los gobiernos Europeos que realizan reformas estructurales de sus estados, en donde el principal perjudicado es el ciudadano de a pie. “Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por lo poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada para contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos” decía el escritor José Saramago. Lo que ocurre en la actualidad, es que estos gobiernos han enfurecido a las masas. Ahora, Europa está siendo asestada por la mayor ola de huelgas generales desde los años de la revolución industrial.

La gran paradoja es que mientras más evoluciona la medicina, la tecnología… y otras muchas ciencias que se supone mejoran la existencia de las personas; existe cada vez un mundo más desigual. “La realidad del mundo es cada vez más aterradora” afirma Ramonet, para darse cuenta de ello sólo hay que echar un vistazo a los escalofriantes índices que publican cada año organizaciones como la UNESCO o la ONU. Todo un baile de cifras negativas en torno a la pobreza, la hambruna, la sanidad, la analfabetización… que parece que ya no conmueven, bien porque es difícil ser consciente de cuánta gente son tantos miles de millones o porque ya no impresionan. De esto último, tienen gran parte de culpa los Medios de Comunicación que han conseguido insensibilizar a los espectadores.

Los dirigentes parecen querer también un mundo mejor, prueba de ello son la reuniones y cumbres que realizan. En ellas adoptan una serie de medidas que se suelen quedar más en la teoría que en la práctica. Incumplidas, sobre todo, por las grandes potencias que se saltan las medidas para el desarrollo sostenible adoptadas en la cumbre de Johannesburgo, el protocolo de Kioto, creación de armas escondidas bajo el nombre de Programas para el Marco de Investigación y Desarrollo… El planeta se tambalea a favor de los intereses de algunos y parece que nadie dice nada.

No en la misma dirección, pero sí con el mismo fin de cambiar este mundo están las ideas de Ramonet. El Doctor Honoris Causa propone crear una tasa de transacciones financiera universal, el control democrático de la economía y no sólo parlamentario, combatir el imperialismo cultural, desnuclearizar el mundo, anular la deuda externa de los países del sur, suprimir los paraísos fiscales, eliminar la OTAN, establecimiento de una renta mínima… Ideas que pueden parecer hasta un disparate, pero que de poder llevarlas a cabo quizás el mundo sería un poco más justo.

“En el mundo siempre tiene que haber soñadores que piensen y pensadores que sueñen” afirma Ramonet, porque sólo así se podría lograr que las cosas tomen otro rumbo.


1 comentarios:

Leteo dijo...

De Ramonet leí La Catástrofe Perfecta. Muy interesante, muy crítico y muy bien informado. Pero por desgracia, como siempre, a los sabios bienintencionados nunca les hacen caso quien debería hacerlo.

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