viernes, 10 de diciembre de 2010

Niños que llevan los pantalones

El número de denuncias de maltrato de hijos a padres se multiplica cada año. La alarma la ha despertado las Fiscalías de Menores donde acuden los padres que ya no pueden soportar más el infierno en el que se ha convertido su hogar y la vergüenza de que sus hijos les levante la mano. Se trata de un fenómeno muy reciente al que etiquetan como VFP (Violencia Filio Parental) y cuyo origen establecen en el año 2003. Buscan la razón ¿malos padres o niños tiranos?


La Violencia Filio Parental es un nuevo tipo de violencia que se establece en el seno de las familias, donde menores de edad agreden a sus progenitores de manera física o psicológica. Entre los métodos más utilizados por los hijos se encuentran los insultos y empujones, amenazas, robos en el propio hogar o destrozos en el mobiliario. Causas que reflejan la pérdida del respeto a sus padres.



Numerosos estudios intentan buscar el origen de este comportamiento. “La crianza es el proceso vital que requiere más delicadeza, cuidado y respeto de todos los que el ser humano ha de afrontar” afirma el psicoanalista Pablo Palmero en su libro Dime con quién te relacionas y te diré quién eres. Es habitual fijarse en la estructura familiar: padres divorciados, familias monoparentales, hijos no deseados, padres que trabajan y encargan a sus hijos a cuidadoras o niñeras, padres con problemas económicos, alcohólicos, drogadictos, padres que maltratan a sus mujeres… Situaciones que hacen que los hijos tengan infancias traumáticas y que producen la pérdida de un referente muy importante.


“Del autoritarismo de nuestros abuelos hemos pasado a la permisividad total” aseguraba el Juez del Juzgado de Familia de Gijón, Ángel Campo. Atrás queda ese modelo de familia numerosa que transmitían valores a sus hijos como el respeto, apreciar las cosas, conductas… Se trataba de una educación más estricta, tanto en el hogar como en el colegio, donde había que tratar a los profesores de usted. Ahora incluso estos suelen ser víctimas del maltrato de los menores.


Dar una torta a tiempo era algo muy normal. Un método que hacía entender al niño que lo que estaba haciendo no estaba bien. Muchos padres recuerdan como la chancla de su madre les perseguía por toda la casa. En la actualidad esto podría conllevar a una denuncia y los padres podrían pasar unos días en prisión o, incluso en algunos casos, perder la custodia de sus hijos. Se trata de un tema muy delicado, en donde es muy difícil definir la barrera entre una llamada de atención al menor o malos tratos.


Lo que predomina en nuestra sociedad son familias con hijos únicos que han pasado a ser “los reyes de la casa”. Menores que antes de abrir la boca ya tienen lo que quieren delante, que no conocen de normas y nunca se les han puesto límites. El problema aparece en torno a los diez años, cuando los niños ya comienzan a ser autónomos y empiezan a rebelarse contra sus padres desde que no se haga lo que ellos dicen o no se les da lo que quieren. La cuestión es ¿quién tiene ahora el poder?


A pesar de las humillaciones y agresiones recibidas por los hijos, el amor que sienten los padres por ellos hace que sea muy difícil decir Hasta aquí hemos llegado. Se trata de tomar medidas como denunciar al Juzgado de Menores, internarlo, llevarlo a un reformatorio o, en casos extremos, entregarlo a los servicios sociales. Sin embargo, muchos padres llegan a situaciones extremas en las que nos son capaces de reconducir a su hijo y no les queda otra salida que denunciar.


No existe ningún libro de instrucciones para educar a los hijos. Es un proceso que consiste en dirigir y encaminar a los pequeños. Hay niños que son más fáciles de criar y otros que ya desde la más tierna infancia muestran su mal carácter: rabietas, mordiscos, pataletas… que pueden desquiciar a los padres. Sin embargo, no se les puede considerar tiranos. A esto sólo se llega si ellos se lo permiten.


“A los niños no se les pregunta que quieren comer, se les pone la comida” afirmaba José Carlos Fajardo, profesor de La Universidad Complutense de Madrid. Porque los pantalones siempre los deben llevar los padres.


*IMAGEN: elcomercialdigital.com

0 comentarios:

Publicar un comentario